jueves, 24 de marzo de 2016

Divina Pastora (Getafe)

Nunca he sido tan consciente de las carencias educativas de un centro como el día que pise la universidad y empecé a relacionarme con personas que habían cursado el mismo tipo de estudios que yo, estudios superiores en centros privados de educación religiosa, y querría remarcar especialmente este último factor puesto que es el que influye en la decisión de muchos padres para decidirse por ese centro en concreto, pensando que sus hijos recibirán una educación repleta de valores positivos y un cuidado vocacional, nada más lejos de la realidad.
Quiero dejar claro que hablo desde mi experiencia, la de muchos de mis compañeros y la de casos que me siguen llegando a pesar de haber acabado mis estudios hace años, siendo esto último lo que me ha llevado a escribir esto, el conocimiento de que la situación no ha cambiado y cada vez son más y más, niños y adolescentes, sometidos a un sistema de trato injusto, carente de valores y compromiso, un ambiente en el que la máxima preocupación es la imagen del centro y su aspiraciones a convertirse en un centro de “exposición”.
No quiero abarcar en mi denuncia ni todos los centros educativos privados religiosos ni la congregación educativa Calasancia, hablo de un centro en concreto que es el que debería responsabilizarse de la educación que llevan ofertando desde hace años, el colegio DIVINA PASTORA de Getafe.  
Una plantilla de profesores donde existe un claro sistema de renovación en base a un sistema de enchufismo y una jerarquía establecida muy lejos de una meritocracia.
Casos de bullying, que nunca han sido tratados con la correspondiente importancia y atención que merecen, con respuestas del centro donde se ponían en duda las denuncias de sus hijos, pocas soluciones y respuestas que invitaban a dejarlo estar para evitar abordar el asunto, que se han traducido en cambios de centro por parte de las víctimas o una bajada de calificaciones con el simple propósito de repetir, para alejarse así de sus acosadores con la esperanza de tener un nuevo y mejor recibimiento en otro ambiente, pero desde luego nunca una actuación que haya sido solucionada gracias a las medidas interpuestas por el centro.
Falta de comprensión y de pedagogía a la hora de enfrentar diversas situaciones personales del alumnado, como la falta de dinero de algunos miembros tratada desde un punto de vista frívolo y con el lema de “si estas en un colegio privado es que te lo puedes permitir”, pocas medidas de integración en cuestiones de diversidad racial o sexual.
Educación sexual tratada de forma tardía y desde el “miedo”, el sometimiento de la mujer al hombre donde surgieron frases como: “las chicas tenéis que tener cuidado con vuestra vestimenta puesto que podríais incitar a los hombres” y donde no se aborda la temática del asunto en cuestión, tratándola de forma frívola con un concepto de la dignidad arcaico y machista.
Ensalzamiento de los alumnos con mejores calificaciones por encima de los demás, dejando atrás a los que presentan dificultades, tachándolos simplemente de vagos, pese a sus lemas de “educación personalizada” por tratarse de aulas donde los grupos son reducidos.
Se fomenta un ambiente de competitividad entre los alumnos, nada sano, ejemplarizando a los alumnos con mejores calificaciones
El trato del profesorado y de la secretaria que se ofrece a los padres, dista mucho del ofrecido al alumnado, lo cual es bastante lógico puesto que sus clientes realmente son los padres, a ellos es a quienes hay que ofrecer la mejor cara del centro.
Si es cierto que las calificaciones obtenidas en la PAU son óptimas, pero a un precio demasiado elevado donde falta un trato pedagógico en el trato de determinados asuntos como ya sean situaciones personales del alumno o simplemente su predisposición al estudio. Siendo el sistema educativo seleccionado para la etapa del bachillerato, una metodología no de aprendizaje si no de preparación para obtener el aprobado en el examen de acceso a la universidad.

Por último, pese a que pueda parecer una opinión sesgada y centrada en lo negativo, he de decir que no todos los profesores del centro representan este tipo de educación, pero su numero es tan reducido y sus puestos tan irrelevantes desde el punto de vista jerárquico que poco pueden hacer por el alumnado.

Desde mi experiencia NO RECOMIENDO este centro.

**Cualquier persona puede sentirse libre, de enviarme su propia experiencia como padre, madre, alumnx, y me comprometo a publicarla de forma anónima si así lo desea el remitente. (opinionpastoras@gmail.com)